El Proceso de Curación del Jamón Ibérico: Tradición y experiencia

El Proceso de Curación del Jamón Ibérico: Tradición y experiencia

En Ibéricos Torreón, sabemos que el secreto de un buen jamón ibérico reside en la buena realización de cada una de las etapas de su elaboración, y la salazón es uno de los pasos cruciales. Este proceso tradicional no solo preserva la carne, sino que también le confiere su sabor único y característico. Así es el meticuloso proceso de curación de Ibéricos Torreón que garantiza la calidad superior de nuestros productos.

Selección de la materia prima

El primer paso fundamental es la selección de las piezas. Solo los jamones provenientes de cerdos de raza ibérica, criados en libertad y alimentados con bellotas durante la montanera, cumplen con los estándares de calidad de Ibéricos Torreón. Estos cerdos, conocidos por su genética y alimentación, proporcionan una carne con infiltración de grasa excepcional, base indispensable para un buen jamón.

Salado

El jamón se cubre completamente con sal marina en cámaras a temperaturas entre 0 y 4 grados Celsius, con una humedad relativa del 80 al 90%. El tiempo de salado varía según el peso de la pieza, generalmente se calcula un día por cada kilogramo de jamón. La sal absorbe la humedad de la carne, iniciando el proceso de curación y previniendo la proliferación de microorganismos no deseados.

Post-salado

Una vez finalizado el periodo de salado, los jamones se lavan con agua tibia para eliminar el exceso de sal. Posteriormente, se realiza el post-salado, donde las piezas reposan en cámaras aproximadamente durante 4 o 5 meses. Durante esta etapa, la sal se distribuye de manera homogénea dentro de la carne, estabilizando su composición y empezando a desarrollar los sabores característicos del jamón ibérico.

Secado y maduración

Finalizado el post-salado, los jamones pasan a los secaderos naturales, donde pasan más de 2 años. Aquí, la temperatura y la humedad son controladas de forma natural mediante la ventilación del aire. En este proceso, a lo largo de al menos 24 meses, el jamón pierde gradualmente agua y sus grasas se transforman, adquiriendo los matices de sabor que hacen único al jamón ibérico de Ibéricos Torreón.

Envejecimiento en bodega

El toque final del proceso de salazón es el envejecimiento en bodega, donde los jamones descansan en condiciones específicas de temperatura y humedad. Este proceso puede durar varios años, dependiendo del tipo de jamón. Por ejemplo, los Jamones de Bellota 100% pueden llegar a pasar hasta 3 años. Durante este tiempo, los sabores se concentran y la textura se vuelve más suave y jugosa.

Cada jamón de Ibéricos Torreón pasa por rigurosos controles de calidad en cada etapa del proceso de salazón. Desde la selección inicial hasta el envejecimiento final, se monitorean factores como la temperatura, la humedad y el tiempo, garantizando que cada pieza cumpla con los altos estándares de calidad que nos caracterizan.

El proceso de salazón del jamón ibérico es un arte que combina tradición y conocimiento técnico

En Ibéricos Torreón, nos enorgullece seguir estos métodos heredados y evolucionados, combinar la experiencia familiar con un permanente trabajo de innovación, asegurando que cada bocado de nuestros jamones ofrezca una experiencia sensorial inigualable. Así, cada pieza se convierte en un testimonio de la maestría y dedicación que ponemos en nuestra labor, preservando y exaltando el legado del jamón ibérico.

Vive la experiencia en directo

Si quieres conocer este proceso en directo, anímate a participar en alguna de las Experiencia Ibérica Torreón, en las que podrás conocer en vivo y en directo todo el proceso que realizamos en nuestra fábrica. Y, por supuesto, degustarás y disfrutaras las exquisiteces gastronómicas que aquí creamos.