Jamón ibérico en verano: trucos y consejos para servirlo como un auténtico maestro jamonero

Jamón ibérico en verano: trucos y consejos para servirlo como un auténtico maestro jamonero

El verano tiene sus propias reglas: buscamos comidas más frescas, encuentros más informales y sabores que nos evoquen o acompañen grandes momentos… Y sí, el jamón ibérico también se adapta a esta estación. Porque aunque a veces pensemos que solo apetece en navidades o celebraciones de invierno, nada más lejos de la realidad. El jamón ibérico también es para el verano. Y aquí te dejamos algunos trucos para disfrutarlo como se merece.

La temperatura del ibérico en verano lo es todo

El jamón ibérico no se lleva bien con el frío de la nevera, ni con el calor abrasador del sol. La clave está en servirlo a temperatura ambiente (lo cual de media se considera entre 20 y 24°C). Esto permite que la grasa se funda ligeramente y libere todos sus aromas. Si lo tienes en la nevera (que no es lo ideal), sácalo al menos 30 minutos antes de servir.

Corta solo lo que vayas a consumir

En verano, la exposición prolongada al calor y al aire puede resecar el jamón. Por eso, lo mejor es cortar la cantidad justa que vayas a comer. El resto, bien tapado con un paño limpio de algodón y, si puedes, con un poco de su propia grasa para proteger el corte. También puedes hacerlo más fácil recurriendo a los que ya se piden cortados a cuchillo o a los loncheados que son ideales en esta época, por su comodidad en todos los sentidos.

Ubicación estratégica: a la sombra y con buena compañía

Si vas a montar un picoteo al aire libre, busca siempre una zona a la sombra, lejos de fuentes de calor o exposición directa al sol. El jamón ibérico es como un buen vino: necesita tranquilidad y temperatura controlada para brillar.

Maridajes ligeros y veraniegos

Sí, un buen vino tinto le va de maravilla. Pero en verano, atrévete a probar con un cava bien frío, un blanco joven o incluso una manzanilla. Y si te van las mezclas atrevidas: melón, higos o uvas frescas son compañeros ideales para un bocado ibérico con chispa.

En verano, el jamón ibérico puede dar mucho juego. Pruébalo en ensaladas con rúcula y queso curado, en una tosta con tomate natural o simplemente en un plato bonito, cortado fino y listo para disfrutar con los dedos. A veces, lo simple es lo más sabroso.

Pero nada de salsas ni aliños potentes. El jamón ibérico ya lo tiene todo: intensidad, matices, profundidad. Acompáñalo, pero no lo eclipses.

Así que ya sabes, este verano, que el jamón ibérico no falte en tus planes. Porque el buen producto no entiende de estaciones, pero sí de momentos especiales. Y un momento con jamón, siempre es mejor.

Por cierto recuerda también los Consejos prácticos para conservar el jamón en esta época tan calidad el año.